Epecuén, 2014
Villa Epecuén fue una ciudad turística que se fundó en 1921 en el sur de la Provincia de Buenos Aires, a la vera de la laguna de aguas saladas del mismo nombre, cerca de pueblo de Carhué. Llegó a albergar a 25.000 turistas durante el verano. Allí a unos kilómetros, en el pueblo de Rivera, mis abuelos paternos recalaron en 1939, con mi padre pequeño, huyendo del Holocausto.
En 1985, Epecuén se inundó por una desidia de los dueños de campos y gobiernos de turno, quedando sumergida bajo las aguas toda la infraestructura turística, obligando a una evacuación total. Recién en los últimos años el agua comenzó a retirarse, dejando a la vista las ruinas de la ciudad, que se han convertido en sí mismas en una atracción turística. Una máquina turística convertida en la sombra de sí misma.
En la travesía que realicé por Epecuén en junio del 2014, llevé objetos blancos para intervenir el espacio. Blancos como la sal que cubre los escombros. Un trapo blanco, un espejo con marco blanco. Son, en este caso, los testigos mudos del silencio.
Rita Simoni, 2014