Una estructura modular asimétrica que se eleva desde una base oscura y reflejante, conforma una volumetría desbordante. Se ubica sobre una mesa, para ser visualizada a escala humana, rodeable en todos sus lados.
La estructura está revestida de manera intercalada por azulejos realizados en cerámica, deformados, horadados por las huellas de los dedos y las manos, y algunos plegados y transformados en piezas tridimensionales.
El esmalte que los recubre, de colores negro metálico, rubí y turquesa se entremezclan produciendo situaciones pictóricas. El cemento que los une a la estructura rebalsa y emerge como una materia más, entremezclada con derrames de pintura.
Des-Hábitat también contiene unas ondas de cerámica esmaltada en negros y turquesas que se deslizan por los bordes y aristas, acentuando la presencia de lo volumétrico. Brillos y opacidades se potencian entre sí. Color y forma se imbrican mutuamente.
Con sus desbordes de cemento, pintura que chorrea y materia que se derrama, a través de toda su morfología y superficie se configura una torre de Babel en estado de deconstrucción.
El nombre “Babel” significa literalmente “Torre de Confusión”, y según el mito babilonio, se construyó para protegerse después del gran diluvio universal, con el objetivo de alcanzar el cielo. Cuando estaba en construcción, fue destruida por los ángeles con orden de su dios, y luego engullida por la tierra, mientras el pueblo perdía la unidad de su lenguaje.
En Des-Hábitat, la racionalidad geométrica se deja invadir por lo orgánico, por el exceso de la materia y los desbordes, cuestionando el edificio humano en la era de la ebullición global. Estamos transformando el mundo en que vivimos en un lugar hostil, donde nos asedian cada vez más los fenómenos meteorológicos extremos. Des-hábitat se presenta como una pregunta poética ante lo inminente o lo desconocido.
Rita Simoni – Octubre 2023